Disfrutar de un sabroso filete de cordero, unas chuletillas y una hamburguesa es más que comer. El sector del ovino es fundamental para mantener vivo el medio rural y el medio ambiente, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el impacto del cambio climático gracias al pastoreo.
Comer carne de cordero es un sencillo gesto para frenar el cambio climático y cuidar de nuestro planeta. Dicho así quizá parezca una exageración, pero si analizamos en profundidad todo lo que hay detrás de unas chuletillas o de una hamburguesa de cordero vemos hasta qué punto es importante esta actividad, el pastoreo, para el medio ambiente y el medio rural.
Disfrutar de unos churrasquitos, unas chuletillas o unas hamburguesas no es sólo comer. Es apostar por el sector ovino y caprino que, con su actividad, contribuye a cuestiones tan fundamentales para el medio ambiente como el almacenamiento del carbono en el suelo.
Los pastores y sus rebaños realizan una labor fundamental para la biodiversidad de las zonas rurales y de montaña. Su presencia permite mantener los pastos o conservar limpia el agua y todo ello suman pequeños gestos que ayudan a la conservación del medio ambiente.
Pastos para almacenar carbono en el suelo
La política actual para frenar el cambio climático se centra en la reducción de gases de efecto invernadero. Sin embargo, son muchos los países, tanto en Europa como el resto del planeta, que han visto el potencial de la ganadería, los rebaños y las granjas para salvar el medio ambiente. Y todo ello es por la capacidad de estas actividades para fomentar el almacenamiento del carbono en el suelo. La vegetación y los pastos absorben el CO2 de la atmósfera y lo almacenan en el suelo, por lo que queda inmovilizado durante mucho tiempo. Y como se desprende de ello, para que haya pastos que se encarguen de esta importante labor medioambiental, tiene que haber animales que los pastoreen.
Los pastizales, para ser realmente almacenes de carbono, tienen que estar activos y para que eso se produzca, tiene que haber un pastoreo adecuado. Un pastoreo que realizan los rebaños de cabras y ovejas que, además, ayuda a mantener en buen estado los montes y las dehesas.
Impacto de los rebaños para reducir el efecto invernadero
Las ventajas y beneficios del sector ovino y caprino en el cambio climático van mucho más allá. Es también un sector que puede llevar a cabo actividades muy importantes para la reducción de los gases de efecto invernadero. Además, el aprovechamiento de los rastrojos y de los residuos vegetales que realizan los rebaños de cabras y ovejas permite eliminar el posterior tratamiento para su eliminación. Quizá uno de los más nocivos sean las quemas de rastrojos, que, de esta forma, se evitan y se reducen las emisiones de gases a la atmósfera.
Por otra parte, también disminuyen los efectos nocivos de otras actividades como la fabricación y transporte de piensos y todo tipo de productos concentrados para la alimentación animal, ya que el ganado extensivo de ovino y caprino se alimenta de hierba, hojas y fibras vegetales directamente sobre el terreno, lo que, además, hace que esta carne esté repleta de beneficios nutricionales.
Por la capacidad del sector ovino y caprino para mantener la biodiversidad del terreno y las regiones sobre las que se asienta y su potencial para evitar incendios al mantener el suelo en buen estado, las chuletillas de cordero o cabrito, un sabroso tournedó, un churrasquito o una deliciosa hamburguesa son platos que contribuyen a frenar el cambio climático.