La elaboración cerca del consumidor final, con criterios que respetan el bienestar animal y el medio ambiente, procedente de rebaños que se alimentan de pastos y que ofrecen una carne rica en numerosos nutrientes y muy sabrosa hace de las carnes de cordero y cabrito un alimento sostenible, que es garantía de la máxima calidad en la alimentación de los consumidores.
La carne de cordero es sinónimo de calidad. Pero también lo es de sostenibilidad y propiedades nutricionales. Detrás de unas sabrosas chuletillas, un tierno filete o una deliciosa hamburguesa se encuentra una carne natural que garantiza la máxima calidad a través de la conservación del bienestar animal y de una alimentación a base de pastos y cereales, lo que es garantía, además, de la sostenibilidad del medio ambiente y del medio rural en el que se asienta.
Todo un lujo para los consumidores que buscan alimentos con garantías, tanto para reducir el impacto sobre el planeta como para su alimentación. Según los datos que maneja la Unión Europea, cada europeo consume en la actualidad alrededor de dos kilos de carne de ovino y caprino al año. Una carne con garantías, ya que está producida en los circuitos de proximidad, muy cerca del consumidor final y que pasa por estrictos controles sanitarios y de seguridad animal establecidos por la Unión Europea. Se trata de uno de los productos más tradicionales que cuenta también con la garantía de distintas marcas e indicaciones geográficas protegidas, que son un marchamo para la calidad del producto final.
Carne sostenible
La carne de cordero es, sin duda, una de las más sostenibles que se pueden encontrar en el mercado. Es un producto que procede de animales criados en pastoreo con razas autóctonas adaptadas a las peculiaridades de cada territorio. Todo ello implica importantes beneficios para el medio ambiente ya que el pastoreo reduce el consumo de recursos, el impacto negativo del transporte y aprovecha los residuos que, a su vez, los que produce son aprovechados para mejorar la fertilidad de los pastos.
Todo esto supone un reducido impacto sobre el terreno en el que se asienta e incontables beneficios para el medio ambiente, que contribuyen a frenar el cambio climático y los incendios forestales. Además, es un elemento fundamental para garantizar la biodiversidad y la conservación de parajes de alto valor ecológico. Tanto es así que la Unión Europea calcula que al menos el 10% de sus hábitats de interés dependen del pastoreo para su conservación. Por tanto, ¿qué hay mejor que comerse unas deliciosas chuletillas de cordero o cabrito sabiendo que es un producto responsable y que contribuye a cuidar el medio ambiente?
Carne sana y natural
Pero, si la sostenibilidad no es suficiente argumento para su elección y su degustación en todo tipo de platos y de comidas o cenas, hay que añadirle que las de cordero y cabrito son carnes saludables y naturales. Y es que proceden de animales que están en contacto directo con el medio y la naturaleza y que se crían en el exterior, lo que produce un excelente perfil de ácidos grasos.
Igualmente, la carne de cordero procede de animales criados y alimentados con pasto y los mejores cereales. Es una apuesta segura para el menú de toda la familia. Se trata de un producto que contiene gran cantidad de nutrientes necesarios para la alimentación como proteínas, vitaminas, hierro o zinc y tiene bajos contenidos de grasas saturadas. Así que, ¿por qué no disfrutar tranquilamente de una hamburguesa o un turnedó de ovino o caprino sabiendo que además son saludables?