Cuando preparas una comida o una cena con tus familiares o amigos y decides que el protagonista del menú será la carne de cordero, seguramente ya te habrás ganado su gratitud y cariño, por seleccionar para ellos uno de los mayores manjares que se puede ofrecer a un comensal. Una carne tan deliciosa, tierna y jugosa, que te asegura el éxito de la velada. Pero si de verdad quieres dejarles con la boca abierta es importante que cuides hasta el último detalle. La decoración, el ambiente y el emplatado deben estar a la altura de la comida que se sirve. Y si esa comida es una receta hecha con carne de cordero, todo a su alrededor debe estar orientado y diseñado para crear un todo de excelencia y distinción.
Lo primero que debemos pensar cuando empezamos a diseñar una reunión así es si la comida será estilo buffet o, si por el contrario, queremos sentarnos alrededor de una mesa a degustar el menú. En el caso de la carne de cordero, a no ser que vayamos a preparar unos churrasquitos, unos pinchitos o una hamburguesa, te recomendamos que te decantes por preparar una mesa donde os podáis sentar. Si, de todas maneras, preferimos una comida tipo buffet, tenemos que procurar que la mesa no esté pegada a una pared, para que así nuestros amigos y familiares puedan moverse con mayor soltura y tengan facilidad para probar todos los platos.
Pero si sigues nuestra recomendación de preparar una mesa más tradicional, donde los comensales puedan sentarse y tomarse su tiempo en saborear el delicioso plato de cordero que les vamos a servir, necesitaremos mucha más preparación. En este caso, lo primero que debe ocupar nuestra atención son los espacios, ya que debemos intentar que todos nuestros invitados tengan espacio suficiente y que ninguna silla coincida con la molesta pata de la mesa.
Si queremos que nuestra celebración sea todo un éxito es muy importante el orden en el que se sienten los invitados. Debemos intentar que las personas que tengan más cosas en común estén cerca unos de otros, asegurando así la conversación entre ellos. Un bonito detalle es escribir el nombre de cada comensal en el sitio que le hayamos asignado o, incluso, imprimir una fotografía de esa persona; lo que puede ser mucho más divertido y original. Además, te servirá como parte de la decoración.
A la hora de acicalar la mesa, es mejor optar por un mantel de un solo color, como por ejemplo el blanco. Los manteles monocromáticos son mucho más elegantes que los estampados y, además, nos permite poder combinarlo con unas servilletas de un color más vivo, creando un contraste que aportará mucho dinamismo al conjunto. Si te atreves, puedes darle alguna forma especial a las servilletas. Todo detalle hará que la gente esté impaciente por ver el plato de cordero que acompañará a tal despliegue decorativo.
Los centros de mesa deben ser lo más sencillos posibles, sin muchas flores que enmascaren el olor de nuestro suculento plato de cordero ni objetos que sobresalgan demasiado, impidiendo la visibilidad entre los invitados. Una buena opción sería una simple vela sobre un sencillo porta velas o un pequeño jarrón con alguna flor silvestre; algo que de un toque decorativo pero no distraiga demasiado.
Por último, no olvides ojear algún manual de cómo colocar los cubiertos y los vasos en la mesa. Aunque sea una velada informal cada uno de los utensilios tiene propia función y deben estar dispuestos en un lugar determinado. Este tipo de detalles son los que harán de la celebración un acontecimiento que nuestros invitados nunca olvidarán.
Ya tenemos la mesa preparada, ahora toca servir el cordero como se merece. El plato estará riquísimo, eso seguro, pero si lo que quieres es impresionar a tus invitados, la presentación es casi tan importante como su sabor. Lo ideal es que saques la comida ya emplatada desde la cocina, para poder ponerle mayor esmero que el que tendrías si sirves los platos desde una fuente en la mesa.
Utiliza un plato grande, para que los alimentos no queden amontonados ni apiñados; es necesario tener espacio para poder hacer una buena presentación. Visualiza tu plato antes de comenzar, enfocándolo siempre al equilibrio de sus elementos, teniendo en cuenta estas guías básicas: la carne de cordero o lechal debe estar colocada a las dos, los ingredientes ricos en féculas (como el arroz o las patatas) se deben colocar a las diez y las verduras a las seis. Para conseguir un efecto visual más atractivo y “profesional” coloca los alimentos con fécula antes de añadir la salsa, coloca la carne sobre ella y, finalmente, pon las verduras.
Es importante también utilizar alimentos atractivos a la vista, por lo que es conveniente que los elementos de tu plato tengan distintas tonalidades. Piensa en la composición cromática de tu plato antes de empezar a cocinar, ya que esto será determinante a la hora de elegir los ingredientes. Por ejemplo, puedes preparar un cremoso puré de patata con unas deliciosas chuletas de cordero, acompañado por un salteado de espinacas. Una mezcla de sabores y colores sublime.
Otra manera de sacarle más partido a tu emplatado es disponer los alimentos en capas para conseguir altura. Por ejemplo, puedes colocar unas coles de Bruselas sobre unos medallones con lechal que descansen, a su vez, sobre una cama de chirivía batida. Todo un placer para la vista y el paladar.
Y, para finalizar, incluye algún toque de los ingredientes de la receta en la decoración del plato. Por ejemplo, si has preparado un Tournedó de cordero con miel y mostaza, cebolletas y tomillo, puedes incluir en tu presentación unas rodajas muy finas de cebolleta y boletus y un poco de tomillo fresco.
Un buen plato de carne de cordero siempre deja satisfecho a todos, pero si además sigues estos consejos de decoración y emplatado, te aseguramos que conseguirás impresionar a todos tus familiares y amigos.