Llega octubre, llega el otoño y, con ellos llega también la temporada de bodas por excelencia. Podría decirse que octubre es el mes del amor, por mucho que San Valentín sea en Febrero, ya que el momento predilecto de las parejas para declararse su amor eterno es sin duda el décimo mes del año. Y es que aunque la primavera nos altere la sangre, otoño es una estación de lo más romántica y ¿qué hay más romántico que una boda?
“El día más feliz de tu vida” lo llaman, y no es de extrañar, todos tus familiares y amigos reunidos para celebrar que empiezas a una nueva y emocionante etapa de tu vida al lado de “tu otra mitad”. Ceremonia, flores, baile y comida. Mucha comida. Una comida que tiene que estar a la altura de tan destacada celebración; una comida que formará parte del día más importante de tu vida; una comida que, podría decirse, es la comida de tu vida.
Tras meses de búsquedas y quebraderos de cabeza ya habéis reservado el lugar donde celebrareis vuestra boda, ahora sólo queda una de los pasos más difíciles a la hora de preparar un casamiento: la elección del menú. Todos los asistentes a una boda están deseando descubrir qué es lo que los novios han elegido para el momento del cóctel y el banquete, por lo que esta decisión marcará la percepción de éxito o fracaso de la celebración. Y es que tras el “sí quiero” todas las mentes empiezan a anticipar el delicioso manjar que les servirán.
No siempre es fácil acertar con el gusto de todos, y ya desde la prueba de menú se hace evidente. A tu madre le gusta una cosa, a tu padre otra… así que lo mejor es decantarse por algo que sepas que va a entusiasmar a todos: la carne de cordero y de lechal. Esta deliciosa carne tiene una textura y sabor únicos que cautivará hasta el último de tus invitados. Se trata de una carne que no sólo tiene la elegancia necesaria para ser saboreada en tu gran día, si no que cuenta con una ternura inigualable que hará que sea fácil de comer por todos tus invitados, sin distinciones de edad; y es, además, una carne de lo más versátil.
Empecemos por el cóctel de bienvenida. Este instante es uno de los momentos claves en todas las bodas, ya que sirve como carta de presentación de lo que será la celebración. Los invitados empiezan a tener hambre después de las intensas emociones y los momentos muertos de espera, por lo que la gente suele cogerlo con ganas. Así que es esencial contar con un fabuloso cóctel, en el que se incluya alguna delicatesen con carne de cordero, como por ejemplo unos pinchos de albóndigas de carne de cordero y de lechal con pistachos o unos samosas rellenos de carne de cordero y de lechal; unos entrantes tan sabrosos como fáciles de comer que harán las delicias de todos los invitados.
Tras el siempre ansiado cóctel llega el momento de obligados comentarios como “yo con el cóctel ya he comido”, así que corre de tu cuenta que los invitados tengan ganas de seguir comiendo, sobre todo si lo que les tienes preparado incluye un delicioso plato de carne de cordero. A la hora de decidir el menú de tu boda lo primero que debes pensar es cuándo se celebrará el banquete. Si se trata de una boda de día lo mejor es optar por los clásicos: ensaladas o cremas, un pescado, carne de cordero y postre. Si es por la noche, es mejor que elijas entre carne o pescado, ya que no querrás que tus invitados estén llenos cuando llegue el plato principal de cordero.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de diseñar el menú es el tipo de boda que vas a celebrar. Si se trata de una boda formal, donde la comida será servida en mesa por camareros, puedes servir platos de cordero más elaborados, como un costillar de cordero lechal cocinado a baja temperatura con patatas panadera o un cordero glaseado con un toque de jengibre y hortalizas frescas. Si la boda es de tipo informal, apuesta por un banquete tipo buffet, una manera más original de celebrar el convite de tu boda y mucho más personalizable al gusto de cada persona. Ofrece todo tipo comida: verduras, pescado y, por supuesto, carne de cordero. En esta ocasión, ten en cuenta que serán los mismos invitados los que se confeccionen el plato, por lo que éste debe ser fácil de servir. Puedes optar por un pastel de carne lechal horneado, con cebolla y patata o quizás por una barra de chuletas de cordero con diferentes aderezos y salsas para dar la posibilidad de customizarlas al gusto de cada uno. Un perfecto equilibrio entre la deliciosa carne de cordero y lechal y la interactividad; un acierto asegurado.
Y, por último, no podíamos olvidarnos del “resopón”. Sea como sea la boda los invitados agradecerán enormemente un suplemento energético después de horas y horas de fiesta. En este caso la comida suele ser mucho menos elaborada que en el cóctel, pero no por ello menos placentera. Guárdate un as en la manga y sorprende a tus familiares y amigos con unas mini hamburguesas de cordero y lechal con semillas de amapola o unas brochetas de carne de cordero y lechal rebozadas en quicos. A esas horas todo vale, ¡échale imaginación!
Estamos seguros que durante este mes acudirás a alguna boda, o quizás estés planeando la tuya. Si es así, toma buena nota de nuestros consejos y no dejes ningún detalle al azar. La temporada de bodas, es la temporada de cordero. ¡Disfrútala!